Cuando apostar no es un juego - Infobae

2021-12-27 01:37:56 By : Mr. tom lu

De acuerdo con su relación con el riesgo, podemos calificar a las personas en aversas o propensas al mismo. No obstante, cautelosos y codiciosos procuran de diversas formas incrementar su patrimonio.

Desde adquirir bonos del Tesoro de los Estados Unidos de América, famosos por considerarse una alternativa de inversión libre de riesgo crediticio, hasta jugar un billete de la Lotería Nacional que entrega el premio mayor a un solo número sobre 18 millones, las relaciones de rentabilidad y riesgo bailan al compás de los cautos y los arriesgados.

Frecuentemente escuchamos decir que determinadas inversiones son una timba. La timba es una expresión popular que alude a los juegos de azar, generalmente de cartas, en lugares clandestinos, en los que las trampas y las reglas cambiantes son moneda de curso habitual. Las probabilidades siempre están a favor de la sala y en contra del apostador, algo razonable pues el banquero debe hacer frente a los costos operativos del lugar y obviamente “algo tiene que ganar”.

Por otro lado, en el ámbito de las inversiones, el mercado ha desarrollado todo tipo de soluciones para seducir a los ahorristas y especuladores arbitrando entre la insatisfacción y el pánico.

Bonos, depósitos a plazo fijo, acciones de empresas, herramientas de cobertura o, en la actualidad, una avalancha de criptomonedas, disputan los fondos atesorados por personas y compañías, ofreciendo explicaciones técnicas, filosóficas, contables y religiosas. Si, religiosas, pues en muchos casos sólo un acto de fé justifica el valor que convalida el mercado.

Características de cada variante

Entre las principales características de una u otra variante observamos estos cinco puntos:

Plazo de retorno: En el caso de las inversiones suele esperarse obtener el retorno del capital y la renta en mediano o largo plazo, mientras que en las apuestas la expectativa de realización es casi inmediata.

Riesgo: Para las inversiones el riesgo suele ser menor y medido, existiendo herramientas para preservar el capital, mientras que en el juego las probabilidades matemáticas de ganar siempre dan en contra del apostador, solo la suerte define a favor.

Retorno esperado: En general el juego promete retornos mayores que las inversiones, obviamente asociados a una mayor incertidumbre en su ocurrencia.

Fundamentos: Las inversiones siguen criterios basados en el conocimiento, análisis y habilidad del inversor o su asesor financiero, mientras que en el juego la suerte y el azar son los mandantes.

Entorno: Las inversiones y los negocios, habitualmente, son ofrecidos por reconocidas instituciones financieras, que cuentan con calificadoras de riesgos, promocionando la experiencia e idoneidad de quienes buscan los fondos. En cambio, el juego suele estar asociado al entretenimiento y a los espectáculos.

Entre los extremos de productos financieros sólidos, estables y consolidados y el mundo de las apuestas libradas al azar, existen negocios que proponen alternativas de rentas similares a las de los casinos pero con activos o proyectos de inversión por detrás.

Actividades que comparten cualidades de los negocios y las apuestas

La actividad minera se inicia con una etapa de exploración y certificación previa a la de explotación. Existen compañías que en busca del premio máximo, que es encontrar una cuenca del mineral buscado, inician costosas excavaciones y perforaciones a riesgo, sin saber claramente si lo encontrará y si lo hace, qué cantidades y calidades puedan producirse.

Si analizamos las variables que distinguen a las inversiones con los juegos de azar, observamos en principio que se trata de un resultado de corto plazo pues la exploración es una actividad que demanda plazos menores que la explotación. De alto riesgo, pues si bien existen elementos tecnológicos que pueden aproximar conclusiones solo con los sondeos y excavaciones se pueden localizar las potenciales cuencas, esto demanda realizar inversiones sin la certeza ni la seguridad de obtener el resultado esperado.

Por estas razones los retornos esperados son mayores que los habituales, pues de resultar positiva la búsqueda, el valor de la inversión se multiplica varias veces. Sin embargo, a diferencia de los juegos, el conocimiento previo y la experiencia de los profesionales en geología mitigan el riesgo. Con relación a la experiencia previa y la legalidad, esta actividad se asemeja más a una inversión que a un juego de azar, pues las características de profesionalismo y equipos que requiere demandan equipos calificados.

Sin dudas, la lista de actividades y proyectos que se encuentran entre los juegos y las inversiones es enorme, desde investigación y desarrollo, exploración de nuevos mercados, o lanzamientos de productos forman parte de la lista de negocios de alto riesgo, generalmente reservado para corporaciones y grandes jugadores que se llevan la porción más grande la torta.

Las empresas de cada uno de los sectores han financiado estas operaciones de altos riesgos y altos retornos esperados con los flujos de capital generados por los negocios ya consolidados, vía el exceso de caja, la emisión de nuevas acciones o el endeudamiento.

Una nueva forma de financiar y participar

Para proyectos que demandan grandes sumas de dinero, alto riesgo en el retorno de las inversiones prometiendo enormes rentabilidades la tecnología de Blockchain pone al alcance de pequeños inversores herramientas participativas que dan acceso a este mundo reservado solo para los grandes.

Los Certificados de Participación Electrónica o CPE son expresiones digitales sobre cuotapartes de los proyectos que se pueden fraccionar en porciones mínimas y transmisibles por medio de redes de procesamiento de registro cerradas que certifican, administran y auditan en tiempo real cada una de las transacciones. De manera segura y sin demandar grandes costos operativos los CPE pueden ver incrementar su valor una vez que se cumple satisfactoriamente cada parte del proceso de desarrollo.

No son criptomonedas. A diferencia de las criptomonedas, los CPE se crean con un objeto determinado cuyo cumplimiento o extinción disparará el rescate de cada uno de los certificados y el depósito del producido por tal inversión de riesgo en la cuenta asociada de cada tenedor a ese momento.

No son NFT, pues cada fracción de participación es permutable uno a uno con otra de igual especie, conservando las mismas cualidades de valor y derechos asociados. Conceptualmente son certificados registrados por una autoridad certificante, cuya idoneidad y señoría agregará o reducirá el valor de la suscripción.

El futuro próximo promete alternativas de inversiones desconocidas hasta nuestros días. Contar con un libro de registros descentralizado y con capilaridad de acceso global ofrece a los emprendedores y a los inversores realizar y participar en proyectos de alto riesgo sin necesidad de apostar, con el riesgo de perder todo el patrimonio en el intento. Simplemente “jugando” una pequeña parte de nuestros ahorros apoyando un proyecto o negocio de otro.

El punto pasa porque cientos, miles o incluso millones de personas puedan participar desde cualquier lugar del mundo, con mínimas partes de sus patrimonios en proyectos de alto riesgo.

Sin pretender dar recomendación alguna, les comparto las siguientes reflexiones:

Invertir y apostar implican arriesgar capital con la esperanza de obtener ganancias.

Como regla general el principio clave es minimizar el riesgo y maximizar la recompensa.

Los jugadores tienen menos formas de mitigar las pérdidas que los inversores.

Los inversores tienen más fuentes de información relevante que los jugadores.

Con el tiempo, las probabilidades estarán a favor del inversor y no del jugador que va en contra de las estadísticas y las matemáticas..

Blockchain incorpora una nueva forma de invertir y apostar por medio de los CPE, algo que si se hace con una porción menor de nuestros ahorros podría ofrecer grandes alegrías o, en el peor de los casos, dejar pequeños sinsabores.

Esta columna fue publicada en el Blog FinGuru