El Universal - Cultura - Guía de comercios y curiosidades del Centro Histórico

2021-10-26 03:35:20 By : Ms. Kay Hoo

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VARIEDAD. El catálogo es un retrato de la vida cotidiana en lugares como La Lagunilla, la calle Donceles y el mercado de la Merced y de Sonora. (Foto: CORTESÍA: NAYELI CRUZ BONILLA)

[email protected] Después de ir por el mandado o ir de compras en los Mercados de la Merced y Sonora, las mujeres se encuentran en la esquina de Alhóndiga y Corregidora un espacio de relajación. Ahí, un contingente de cosmetólogas ofrecen, por precios muy económicos, servicios de belleza, como planchado de cejas, rizado de pestañas y colocación de uñas postizas. Los comercios de esa calle ofrecen también mobiliario y artículos para salones de belleza, cremas reafirmantes y reductoras en grandes cantidades, pelucas, extensiones, tintes y tratamientos para el cabello. Durante enero, estos comercios se mezclan con la serie de puestos donde se reparan, restauran y visten Niños Dios. Ese pequeño circuito resume la intensa actividad comercial que caracteriza al Centro Histórico de la ciudad de México. Especializados, de uso cotidiano o de temporada, en mayoreo o menudeo; viejos, nuevos, seminuevos, usados, descontinuados; raros, exóticos o populares, en sus 10 mil kilómetros cuadrados el centro de la capital mexicana ofrece un surtido rico de productos que hoy se encuentran reunidos en las 750 páginas del volumen Miscelánea. Guía del comercio popular y tradicional del Centro Histórico de la Ciudad de México, una especie de Sección Amarilla sobre la variedad de comercios que dan vida al primer cuadro de la ciudad. Sus coordinadoras, Marie-Aimée de Montalember, de origen francés naturalizada mexicana, y Ángeles Ruenes dedicaron 10 años en el armado de este catálogo que ofrece una gran variedad de imágenes, además de mapas de ubicación divididos en 30 zonas dedicadas a determinada clase de comercio : La Lagunilla, tienda de muebles, blancos para el hogar, vestidos de novias y de XV años; Donceles, un corredor de librerías de viejo y equipos fotográficos; Merced y Sonora, una miscelánea que incluye desde alimentos hasta decoraciones, artesanías, juguetes, ropa, artículos de belleza, herbolaria y esoterismo. El volumen, explica en entrevista De Montalember, es un retrato de la vida cotidiana del Centro Histórico, de las personas que le dan vida, que son los comerciantes. Algunos de los breves textos que incluyen hablan de historias y personajes, como Doña Cecilia López Romero, quien fue la primera en instalar un puesto de atuendos para vestir Niños Dios, en la Plaza Alonso García Bravo, o aquel joven que en su negocio de copias , ploteo y café internet, en la calle de Palma, montó una especie de galería dedicada a María Félix. “Nos metimos, tiendita por tiendita, a mirar, a preguntar, a conocer las historias de la gente, unas más interesantes que otras; fue cosa de tomar el tiempo y gozarlo, de querer escuchar, mirar, descubrir más allá de la primera impresión que pueden tener estas tiendas, preguntar más sobre para qué sirve eso, quién lo compra, por qué, dónde se hace, de dónde viene ”, Explica De Montalember, psicoterapeuta de profesión y amante del Centro Histórico. En los diez años que pasaron desde que nació la idea y la conclusión del libro, la cara del Centro Histórico ha cambiado de manera drástica, llegaron las grandes tiendas comerciales y de moda que poco a poco han comenzado a desplazar algunos comercios tradicionales, lamenta la autora: “Acompañado de la modernidad, llegaron las tiendas comerciales que encuentran por todos lados y se salen las tiendas o comercios que eran típicos, se empiezan a ir porque no pueden pagar la renta, porque no pueden competir con todas estas tiendas. Es lamentable, pero se está también perdiendo muchísima tradición, muchísima autenticidad y la calidad en ciertas cosas ”. Por eso, agrega, este volumen invita a revalorar la variedad de comercios que se ubican en lo que fue la antigua Tenochtitlán, el cual era considerado como “el ombligo de la luna”. “Cuando piensas en el 'ombligo de la luna' piensas en algo vital, que te liga con la madre y siento que el centro de la ciudad sigue siendo el centro del centro, un lugar de donde emana una energía, un movimiento, siempre en evolución, en cambio; creo que es todavía un punto de atracción para todo México ”, dice. El volumen, en el que colaboraron jóvenes diseñadores y fotógrafos e incluye textos de Fabrizio Mejía Madrid y Antonio Calera-Grobet, se presenta hoy a las 19:30 horas en Casa Borda, ubicada en Bolívar 26, en el Centro Histórico. Para la presentación, que será de acceso restringido, los coordinadores de la guía han preparado una fiesta privada a la que acudirán funcionarios del Centro Histórico y algunos comerciantes de la zona.

Después de ir por el mandado o ir de compras en los Mercados de la Merced y Sonora, las mujeres se encuentran en la esquina de Alhóndiga y Corregidora un espacio de relajación. Ahí, un contingente de cosmetólogas ofrecen, por precios muy económicos, servicios de belleza, como planchado de cejas, rizado de pestañas y colocación de uñas postizas. Los comercios de esa calle ofrecen también mobiliario y artículos para salones de belleza, cremas reafirmantes y reductoras en grandes cantidades, pelucas, extensiones, tintes y tratamientos para el cabello.

Durante enero, estos comercios se mezclan con la serie de puestos donde se reparan, restauran y visten Niños Dios. Ese pequeño circuito resume la intensa actividad comercial que caracteriza al Centro Histórico de la ciudad de México.

Especializados, de uso cotidiano o de temporada, en mayoreo o menudeo; viejos, nuevos, seminuevos, usados, descontinuados; raros, exóticos o populares, en sus 10 mil kilómetros cuadrados el centro de la capital mexicana ofrece un surtido rico de productos que hoy se encuentran reunidos en las 750 páginas del volumen Miscelánea. Guía del comercio popular y tradicional del Centro Histórico de la Ciudad de México, una especie de Sección Amarilla sobre la variedad de comercios que dan vida al primer cuadro de la ciudad.

Sus coordinadoras, Marie-Aimée de Montalember, de origen francés naturalizada mexicana, y Ángeles Ruenes dedicaron 10 años en el armado de este catálogo que ofrece una gran variedad de imágenes, además de mapas de ubicación divididos en 30 zonas dedicadas a determinada clase de comercio : La Lagunilla, tienda de muebles, blancos para el hogar, vestidos de novias y de XV años; Donceles, un corredor de librerías de viejo y equipos fotográficos; Merced y Sonora, una miscelánea que incluye desde alimentos hasta decoraciones, artesanías, juguetes, ropa, artículos de belleza, herbolaria y esoterismo.

El volumen, explica en entrevista De Montalember, es un retrato de la vida cotidiana del Centro Histórico, de las personas que le dan vida, que son los comerciantes. Algunos de los breves textos que incluyen hablan de historias y personajes, como Doña Cecilia López Romero, quien fue la primera en instalar un puesto de atuendos para vestir Niños Dios, en la Plaza Alonso García Bravo, o aquel joven que en su negocio de copias , ploteo y café internet, en la calle de Palma, montó una especie de galería dedicada a María Félix.

“Nos metimos, tiendita por tiendita, a mirar, a preguntar, a conocer las historias de la gente, unas más interesantes que otras; fue cosa de tomar el tiempo y gozarlo, de querer escuchar, mirar, descubrir más allá de la primera impresión que pueden tener estas tiendas, preguntar más sobre para qué sirve eso, quién lo compra, por qué, dónde se hace, de dónde viene ”, Explica De Montalember, psicoterapeuta de profesión y amante del Centro Histórico.

En los diez años que pasaron desde que nació la idea y la conclusión del libro, la cara del Centro Histórico ha cambiado de manera drástica, llegaron las grandes tiendas comerciales y de moda que poco a poco han comenzado a desplazar algunos comercios tradicionales, lamenta la autora: “Acompañado de la modernidad, llegaron las tiendas comerciales que encuentran por todos lados y se salen las tiendas o comercios que eran típicos, se empiezan a ir porque no pueden pagar la renta, porque no pueden competir con todas estas tiendas. Es lamentable, pero se está también perdiendo muchísima tradición, muchísima autenticidad y la calidad en ciertas cosas ”.

Por eso, agrega, este volumen invita a revalorar la variedad de comercios que se ubican en lo que fue la antigua Tenochtitlán, el cual era considerado como “el ombligo de la luna”. “Cuando piensas en el 'ombligo de la luna' piensas en algo vital, que te liga con la madre y siento que el centro de la ciudad sigue siendo el centro del centro, un lugar de donde emana una energía, un movimiento, siempre en evolución, en cambio; creo que es todavía un punto de atracción para todo México ”, dice.

El volumen, en el que colaboraron jóvenes diseñadores y fotógrafos e incluye textos de Fabrizio Mejía Madrid y Antonio Calera-Grobet, se presenta hoy a las 19:30 horas en Casa Borda, ubicada en Bolívar 26, en el Centro Histórico.

Para la presentación, que será de acceso restringido, los coordinadores de la guía han preparado una fiesta privada a la que acudirán funcionarios del Centro Histórico y algunos comerciantes de la zona.