Fecha señalada en el calendario de la familia real española, el desfile del Día de la Hispanidad se ha convertido en uno de los escenarios predilectos de la reina Letizia para sorprender a los asistentes con prendas de corte lady.
Felipe Varela y sus entallados diseños en encaje fueron durante mucho tiempo su elección preferida, pero en las últimas ediciones la Reina ha dejado a un lado el tul y el tweed y ha optado por diseños 'acaparatitulares' como aquel vestido camisero de popelín con mariposas bordadas o el vestido a medida que María Barragán elaboraba para ella.
Sin embargo, en cuanto al plano 'beauty', la Reina ha seguido una progresión muy distinta y, cuando menos, curiosa. Mientras sus peinados suman pasos de elaboración cada año, su maquillaje tiende a simplificarse, creando un equilibrado look con el que su imagen rejuvenece año tras año. Lejos quedan las melenas a capas moldeadas a base de cepillo y secador o el lápiz de ojos verde.
En este viaje de regreso al futuro, doña Letizia se convierte en una auténtica Benjamin Button que cumple años luciendo un look cada vez más juvenil, con el cabello cada vez más oscuro y el maquillaje cuanto más natural mejor. En sus primeros desfiles del Día de la Hispanidad, la Reina recargaba tanto su maquillaje como su cabello.
Heredero de su maquillaje televisivo, el lápiz de ojos verde, aplicado con intensidad en la línea de agua del ojo, buscaba potenciar el color del iris de la consorte. El efecto, sin embargo, era el de un look artificial que, además, dotaba al look de un carácter demasiado informal. Este truco de belleza que sigue acompañando a la Reina en la actualidad se ha visto modificado y sofisticado, hasta convertirse en uno de sus secretos de belleza más efectivos.
Pero, igual que el maquillaje siguió una tónica que no terminaba de favorecer a doña Letizia, el cabello no se quedó atrás. Las capas que lucía en sus primeros años como miembro de la familia real aportaban mucho volumen a su melena, especialmente cuando cada mechón era resaltado en las puntas. Moldeadas hacia arriba en un gesto setentero, a la vez que el flequillo ladeado se apelmazaba sobre la frente, endurecían sus facciones y perpetuaban el look 'casual'.
Comenzamos a ver los primeros cambios 'beauty' en el look de la Reina ya en 2008. Puede que, influida por su nueva imagen, su estilismo para el desfile el Día de la Hispanidad de ese mismo año se vio modificado con un peinado mucho más sencillo y pulido. El liso llegaba a la media melena de la Reina y se convertiría en su look para esta celebración durante muchos años. Parte del éxito de este peinado con menos volumen, pero en el que el minucioso trabajo de coloración se podía apreciar mucho mejor, estaba en que la multitud de capas que daban forma al cabello de doña Letizia habían crecido hasta desaparecer, dejando una melena con cuerpo y forma, pero no tan estructurada.
Comenzaba así el camino a la inversa de la Reina. La melena suelta le aportaba un carácter más juvenil y cercano, refrescando su imagen y animando a que el mismo gesto se trasladara a su maquillaje y forma de vestir.
Sin dejar de utilizar el lápiz de ojos verde, su experimentado equipo de estilismo jugó a combinar el truco televisivo con el uso de un lápiz de ojos de tonalidad más cálida. En la línea de agua se perpetuaría el lápiz de ojos verde claro, mientras sobre el párpado superior, un grueso trazo de lápiz de ojos bronce haría las veces de sombra de ojos, encargado de suavizar su mirada.
El resultado era un maquillaje bicolor con el que lograr un rostro más natural, en el que apenas se utilizaban colores oscuros. Ni siquiera las pestañas parecían intensificadas. La luminosidad de las mechas, cada vez más finas y claras, ayudaba a crear esta imagen ultraluminosa. Este nuevo look mucho más desenfadado y rejuvenecedor iría a la Reina hasta 2015, cuando doña Letizia prescindió de la melena suelta que la había acompañado hasta la fecha para comenzar a lucir recogidos más elaborados. Sin embargo, no sería este su cambio de look 'antiage' definitivo.
Un moño bajo, deshecho, manteniendo el volumen casi ondulado de la raíz y con la raya siempre a un lado, se convirtió en el inalterable peinado de doña Letizia para el Día de la Hispanidad desde 2015 hasta 2019, cuando comenzó a oscurecer su cabello en pro de recuperar su castaño chocolate natural, mucho más sano y brillante. El moño ladeado fue su peinado de transición entre los años de la melena suelta y cada vez más clara y su aplaudido look de melena sana pero sin aderezos.
No es casualidad que el look de la Hispanidad de 2014 fuera el último en el que viéramos a Letizia más informal y con la melena suelta. 2014 fue el año en que Felipe subió al trono y, desde entonces, doña Letizia, convertida en reina, comenzó a recoger su cabello cada 12 de octubre. El 2014 fue su transición de princesa a reina y su último look desenfadado.
¿Ocurrió lo mismo con su maquillaje? Por extraño que parezca, en su evolución 'beauty', el lápiz de ojos de color jamás ha abandonado su mirada, lo que sí se ha visto modificado ha sido su tonalidad, además de que ahora, y dependiendo del evento, pueden entrar en el juego las sombras de ojos. Si antes jamás veíamos negro en sus ojos, a partir de 2014, no solo sus pestañas se ven oscurecidas -y notablemente más largas- por el uso de máscara de pestañas, sino que también se atreve a incorporar un delineado borroso en el párpado superior o aplicar lápiz de ojos en la línea de agua, creando looks mucho más dramáticos que enmarquen la mirada.
Y aunque mención aparte merecerían las cejas de la reina Letizia, cada vez más gruesas, oscuras y naturales, es su cabello oscuro de los últimos años lo que más ha determinado el estilismo del Día de la Hispanidad.
Fue en 2019, antes de que la pandemia obligara a la población mundial a prescindir de la coloración capilar, cuando la Reina dejó que su cabello recuperara su color base, un castaño oscuro del que, además, brotarían mechones canos que protagonizarían titulares de prensa extranjera y patria.
Este cabello más oscuro ha venido acompañado de un huracán renovador de tendencias 'beauty' en el look de doña Letizia. Sus ojos se enmarcan con profusión, su piel se convierte en protagonista de sus estilismos; sin embargo, uno de sus últimos hits de belleza, la piel bronceada, jamás hace presencia en el Día de la Hispanidad.
Las cremas con color no solo tonifican su rostro, sino que también llenan de luminosidad y bronceado el cuerpo de doña Letizia, sin importar la estación en la que se encuentre. Si bien es cierto que la Reina reserva el uso del cosmético para los actos nocturnos, ni siquiera sus pómulos lucen el más mínimo toque de polvos de sol durante el 12 de octubre, un gesto nada desinteresado.
Puede que su cabello oscuro, acompañado de sus peinados de nueva generación que rompen con estilismos previos y que introducen elementos radicalmente juveniles y trendy como el moño recogido atrás con mucho volumen y castaña floja o la raya en medio que arrasa entre la Gen-Z, le fuercen a lucir maquillajes más sencillos; sin embargo, resulta cuando menos curioso este gesto. El efecto final, en comparación con sus primeros maquillajes y peinados, es el de una imagen mucho más actual y cercana con la que se quita de plumazo muchos años, no sin simplificar su look. Un 'menos es más' de libro.
Puede que menos maquillaje y menos producción capilar, pero con mucho más acierto, sean la nueva fórmula del rejuvenecimiento royal.
Fecha señalada en el calendario de la familia real española, el desfile del Día de la Hispanidad se ha convertido en uno de los escenarios predilectos de la reina Letizia para sorprender a los asistentes con prendas de corte lady.