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Tres aceites esenciales antienvejecimiento para lucir una piel tersa y luminosa
Los aceites esenciales se han convertido en parte integral de nuestra vida cotidiana. Tienen una gran variedad de aplicaciones, aunque son más conocidos por su inclusión en numerosos productos cosméticos. Es más, existe una gran variedad de aceites con este último uso, casi uno por planta o esencia.
No existe una definición para los aceites esenciales en el campo de los productos cosméticos, señala la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). En este contexto, la más extendida, en términos de aplicación a la salud pública, proviene del mundo farmacéutico.
La Comisión de la Farmacopea Europea ha adoptado una definición de aceite esencial muy similar a la de las normas sobre materias primas aromáticas naturales de la Organización Internacional de Normalización: “Producto oloroso, generalmente de composición compleja, obtenido a partir de una materia prima vegetal definida botánicamente, por destilación con vapor, por destilación seca, o por un proceso mecánico apropiado sin calentamiento”.
Y termina el organismo: “Los aceites esenciales normalmente se separan de la fase acuosa mediante un proceso físico que no afecta significativamente a su composición”.
No porque sea natural es mejor. Según la Guía sobre aceites esenciales en productos cosméticos de la AEMPS, muchos aromaterapeutas y legos consideran que los aceites esenciales naturales son completamente seguros. Lo verdaderamente importante, y lo que le confiere un valor añadido, son la materia prima y el proceso mediante el que se obtiene.
No hay que olvidar que ciertos aceites esenciales pueden, dependiendo de la dosis, provocar reacciones cutáneas o irritar los ojos y las membranas mucosas, como, por ejemplo, los aceites de canela de Ceilán, albahaca exótica, menta, clavo, niaouli, tomillo, mejorana, ajedrea y hierba de limón.
Los aceites esenciales son un reclamo para cuidar la piel, sobre todo a partir de cierta edad. Durante la tercera edad se deprimen las capas superficiales de la epidermis, se dejan de producir fibras de colágeno y en general se experimenta una pérdida de tonicidad. Según explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Los músculos y el esqueleto se atrofian y la piel se descuelga de ellos. Por eso, surgen la flacidez y las arrugas, y el proceso de renovación celular se ralentiza. Para mantener una piel lo más saludable posible, conviene haber prevenido malos hábitos desde la juventud.
Se aconsejan cuidados tales como hidratar la piel y controlar la exposición al sol y buenas prácticas como la autoexploración. Y muchos aceites esenciales son propicios para mantener una piel hidratada.
Los especialistas de Actiage enumeran algunos aceites esenciales y señalan algunas de sus principales propiedades:
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